Debido al clima tan seco que estamos teniendo, todos decían que no veríamos los colores tan intensos y bonitos que todos los años nos deja el otoño en los viñedos de La Rioja. Pero afortunadamente, ya los tenemos aquí, aunque creo que nos van a durar muy poco
Castillo de Davalillo
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Hace ya algunos años que descubrí este lugar que se encuentra en la N-232 entre los pueblos de San Asensio y Briones, y desde entonces tenía pendiente el parar a fotografiarlo, me daba lo mismo que fuese en primavera o en otoño, ya que es un lugar que en las dos estaciones del año se ve precioso, aunque a mí me gusta más en esta época del año.
Pero casualmente, cada año cuando pasábamos por allí, o bien la luz no era la adecuada, o estaba nublado, o no nos daba tiempo a parar, ya que hay muy poco espacio para aparcar. Pero hace unos días cuando íbamos hacia Haro en busca de unos árboles singulares, e íbamos charlando tranquilamente, de repente me dí cuenta de en dónde nos encontrábamos, y además ese día la luz era perfecta.
Afortunadamente esta vez tuvimos el tiempo suficiente para poder reaccionar y aparcar el coche y pude disfrutar de este paisaje tan espectacular y captar estas bonitas imágenes que quiero compartir con vosotros.
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Tonalidades verdes, ocres y rojas que invaden La Rioja |
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Un mar de color con la Sierra de Cantabria al fondo
Meandros en el Ebro y el reflejos en sus aguas de los árboles que bordean cada uno de sus flancos. Al fondo se puede ver una densa capa de niebla cubriendo la falda de la Sierra de Toloño, así se le llama en esa zona, en el resto de La Rioja se le conoce por el nombre de Sierra de Cantabria. Dicha sierra protege a los viñedos de los fríos vientos del norte que tiene nuestra vecina Álava, y eso crea un microclima único para el cultivo de los viñedos.
Sin haberlo planeado continuamos por dicha carretera hasta adentrarnos en la provincia de Álava, y en menos de lo que dura una canción pasamos de los 14º a los 7º y como podéis ver, no se veía ni a tres palmos de nuestras narices. Ahora entenderéis el bien que nos hace esta sierra.
Inmediatamente nos volvimos hacia La Rioja en donde el sol si que relucía.
Al llegar a Haro vimos globos surcando sus cielos, ya sabía que esa actividad se hacía allí, aunque nunca los había visto.
Se que hay una empresa que se encarga de hacer vuelos por esa zona de La Rioja Alta, y que algunas de sus bodegas los utilizan como una actividad opcional incluida a los que visitan sus bodegas. Casualmente hacía pocos días que una amiga nos estuvo comentando su experiencia y nos animaba a subir en ellos, cosa que no hemos descartado, aunque en el fondo a mí me da un poco de miedo por el vértigo, pero igual me animo. En esta última semana otra amiga también nos comentó su experiencia y también me animaba a hacerlo, dice que es muy emocionante que te bajan casi al ras del suelo, te suben, que casi rozas las copas de los árboles ¡En fin, qué es una pasada!
En Haro estuvimos fotografiando unas Secuoyas y Álamos centenarios, todos ellos os los estoy mostrando en la ventanita que hay arriba a la derecha dedicada a los "Arboles Catalogados"
De regreso a casa paramos en Torremontalbo, allí también hay varios Plataneros centenarios, nos fue difícil encontrarlos, ya que ninguno de ellos tenía el pilón que los identifica, pero disfrutamos mucho buscándolos y adivinando cuál de ellos era.
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