Tengo una vecina, que cada vez que me ve salir de casa, me suele preguntar qué a donde voy. Me dice que no paro quieta, y siempre me hace algún que otro comentario, pero en plan simpático. Pues hace unos días, nos vio salir muy pronto con la moto, y al rato ya me vio por el pueblo, y va y me dice "¿Pero dónde ibas tan pronto esta mañana?" y le dije a Quel, y con cara de sorpresa me pregunta ¿y a qué te has ido tan lejos? a lo que le respondí "a comerme un fardelejos".
Fardelejos
Pues si, hasta Quel que nos fuimos, y tan solo a comernos unos deliciosos fardelejos, y tengo que deciros que mereció la pena los 100 kilómetros que nos hicimos, 50 de ida y 50 de vuelta.
Si los que como por Logroño me gustan, pues ya os imaginaréis cómo estarían éstos que me comí recién salidos del horno.
El fardelejos es un postre riojano, su base es la almendra, y se remonta a la época de los árabes. Su elaboración es totalmente artesanal, y los elaboran con hojaldre muy fino, que se corta en rectángulos y se rellenan de una mezcla de almendra rallada, huevo y azúcar. Son muy suaves y cuando les das un mordisco, te impregnas del sabor del fruto seco.
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