Llevaba días pensando en cómo hacer la entrada para el día de hoy "El Día del Libro" y además de que tuviese relación con dicha celebración también la tuviese con mi blog. Lo primero que me venía en mente era mi amiga Rosario Raro, ya que es escritora y también porque hoy su hijo cumple 5 años (Qué casualidad más bonita para una escritora, dar a luz el día del libro)
Como os decía, no hacía más que pensar en ello, y de repente me acordé de unas fotos que tomé justamente por estas fechas ahora hace dos años, cuando me encontraba realizando un curso en la Universidad Popular de Logroño.
Debido a una iniciativa de la popular revista riojana "Piedra de Rayo" para conmemorar su décimo aniversario, se nos pidió a todos los alumnos que llevásemos libros, la idea era organizar un mercadillo para venderlos y el dinero que se sacase de su venta utilizarla para ayudar al pueblo saharagui, y también poder mandarles libros a los campamentos de refugiados de ese país. Los libros los íbamos depositando en la planta baja de dicho edificio, y cada día que iba el montón era cada vez más grande, hasta que un día llegué y me encontré con esta grata sorpresa.
Con todos los libros habían construido este "Chozo o Guardaviñas" Los artífices de dicha construcción habían sido, el cantero Xose Álvarez y el técnico de Desarrollo Ramiro Palacios, el primero dijo que tuvo mucha más dificultad colocando los libros, ya que se deslizaban más que cuando se pone una piedra sobre otra, el segundo destacó que esta obra de arte "concita la idea del chozo como refugio y el lenguaje como casa que todos habitamos" Asimismo, la referencia a la memoria también está presente, plasmada en una construcción.
Después de una semana de duro trabajo completaron la tarea de crear esta obra que imitaba a los refugios de agricultores y pastores, los chozos o guardaviñas son construcciones tradicionales del pasado riojano y de otros puntos del nuestro país, está construido en una sola planta y en muchas ocasiones están realizados con piedra seca sin argamasa, es decir piedra sobre piedra.
Hubo una vez un guarda en el interior de una construcción de estas, que mientras vigilaba las cosechas leyó muchos libros: en castellano, en euskera e incluso algunos en francés, de los que trajeron los negotians.
Como os decía, no hacía más que pensar en ello, y de repente me acordé de unas fotos que tomé justamente por estas fechas ahora hace dos años, cuando me encontraba realizando un curso en la Universidad Popular de Logroño.
Debido a una iniciativa de la popular revista riojana "Piedra de Rayo" para conmemorar su décimo aniversario, se nos pidió a todos los alumnos que llevásemos libros, la idea era organizar un mercadillo para venderlos y el dinero que se sacase de su venta utilizarla para ayudar al pueblo saharagui, y también poder mandarles libros a los campamentos de refugiados de ese país. Los libros los íbamos depositando en la planta baja de dicho edificio, y cada día que iba el montón era cada vez más grande, hasta que un día llegué y me encontré con esta grata sorpresa.
Los chozos o guardaviñas son construcciones tradicionales del pasado riojano y de otros puntos del nuestro país. Como conocía la existencia de este chozo entre las inmediaciones de Entrena y Navarrete un día me fui caminando hasta allí para fotografiarlo y poderos mostrar un verdadero chozo hecho con piedra y argamasa.
Pero todavía continuaba pensando en Rosario, ya que mi idea era pedirle que me escribiese un relato que tuviese relación con el guardaviñas. Casualmente justo a los dos días de haber hecho esta foto, abrí el buzón de casa y me encuentré con un sobre dentro y en él un libro de relatos escrito por Rosario y además titulado "La llave de Medusa"cuando leí el título pensé: llave, cerradura, puertas, mi blog. En su interior una dedicatoria que dice: Paca, estás en muchas páginas de este libro, por eso ya era tuyo antes de que lo tuvieras entre tus manos. Apareces en las de Lima pero sales (o verás) que especialmente en la página 91-92
Gracias por ser mi amiga
Rosario
Cuando abrí el libro, fuí directamente a la página 91 allí estaba el relato que ella escribió dedicado a mi perro Mendi, me emocioné mucho y tengo que reconocer que se me saltaron las lágrimas.
En ese momento pensé que ya no hacía falta pedirle que me escribiese un relato, ya que con el libro ya tenía suficiente material para hablaros en el día de hoy
Pero aquí no acaba todo, justo a la semana siguiente cuando abro el correo me encuentro un mensaje de ella en el que me dice: El próximo viernes voy a estar en Pamplona, se me ha ocurrido coger el autobús y encontrarnos en Logroño a las 2:30 para comer.
No os podéis imaginar la alegría que me dio, después de 11 años por fin nos íbamos a volver a ver. Y aunque no fue en Logroño, si no en Estella al final nos volvimos a encontrar, tengo que deciros que debido a que durante todo este tiempo hemos estado en contacto por teléfono y por Internet, tuve la sensación de que no hacía nada que nos habíamos visto. Estuvimos recordando nuestras vivencias y anécdotas en Lima, cuando nos despedimos y ya casi montándonos cada una en nuestro autobús, ella con destino a Pamplona, y yo con destino a Logroño, le pedí que me escribiese un relato que tuviese que ver con los guardaviñas. Y esa misma noche antes de irme a la cama, volví a abrir el ordenador y allí me encontré el siguiente relato.
EL GUARDAVIÑAS
Tiene forma de iglú pero no es de hielo y termina en
una cúpula aunque no es religioso. ¿Qué es?
Solución: (el guardaviñas)
Hubo una vez un guarda en el interior de una construcción de estas, que mientras vigilaba las cosechas leyó muchos libros: en castellano, en euskera e incluso algunos en francés, de los que trajeron los negotians.
Llegó
un momento en que ya no le cabían más en su mente, y los que estaban, estaban
tan apretujados que entre todos planearon escaparse. Así lo hicieron una noche
mientras dormía, pero no se fueron muy lejos porque el paisaje les gustaba,
decidieron quedarse lo más cerca posible, pegados a las paredes y sobre el
tejado.
Interior del chozo o guardaviñas
Una
mañana, mientras el guarda se desperezaba frente a la construcción, cuando se
dio la vuelta para entrar a lavarse la cara con el agua almacenada en el
nevero, los vio allí, mudos, disimulando todo lo que sabían, como si no fueran
ellos los que le habían contado tantas cosas. Sonrió al saberse tan bien
rodeado.
Cuando
pasaban por allí los otros guardas de campo le preguntaban si la lluvia no se
los estropeaba y el respondía que no, porque eran de ficción.
Rosario Raro
No sabía de la existencia del "guardaviñas". La construcción del "chozo literario" es espectacular, un trabajo de construcción costoso y muy original. El relato contado por tu amiga es muy imaginativo y metafórico, porque somos muchos los que tenemos estanterías con montones de libros leídos y por leer que forman parte de nuestra compañía diaria, aunque sean de "ficción". Bonita entrada para un día como hoy, el Día Internacional del Libro.
ResponderEliminarPor toda esta zona hay muchos chozos o guardaviñas. Tenía ganas de que llegase el día de Sant Jordi para hacer esta entrada.
EliminarSeguro que ayer alguien te regaló un libro y una rosa, Un abrazo
Quiero felicitar el día del libro a todos los lectores de esta página y de los otros dos blogs de la autora. Ser amiga de Paca Sapena significa tener mucha suerte en la vida. No os descubro nada porque además de como fotógrafa, muchos ya sabéis cómo es como persona y como artista -porque también pinta (y pinta mucho)-.
ResponderEliminarEs imposible no escribir para ella porque además es una musa.
Mis mejores deseos para todos.
Yo también he tenido muchas suerte al conocerte y ser tu amiga, no olvides que contigo pinté mi primer cuadro.
EliminarLa semana pasada, vino a vistarme a La Rioja alguien que tú y yo conocemos mucho de Manises y, que a través de ella nos conocimos en Lima.
Un abrazo
Paca