Nada más vernos bajaban de los árboles y venían corriendo hacia nosotros
¡Qué graciosa!, cogiendo unos pistachos de nuestras propias manos
Que inmediatamente enterraba, me imagino que sería para comérselo más tarde
Ésta como ya tenia su piña, pues pasaba nosotros
En cambio ésta si que se lo comió
También las ocas se acercaron a pedir comida
Fue un bonito y tranquilo paseo, en estos días de pandemia
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