Después de mucho tiempo y, gracias a que mi bicicleta tiene motor, hoy he podido volver a pasear con ella. No os lo había comentado pero desde Semana Santa estoy mal de la rodilla.
Fuimos a El Burgo de Osma y callejeando por el pueblo tropecé con un bordillo, y no veáis el golpe tan tremendo que me di en la cabeza, la mano derecha y la rodilla izquierda. A esta última no le di mucha importancia, pero con el paso de los días y los meses, es la que más problemas me está causando, ya que después de varias visitas al traumatólogo me han diagnosticado tendinitis y seguramente tendré que pasar por quirófano.
Señales en el Camino
Y también he observado que han puesto nuevas señales, para indicar a los peregrinos el camino a seguir.
Como esta escultura del apóstol Santiago, la pena es que está hecha de un material que no aguantará las inclemencias del tiempo.
Una vez en Nájera hemos comido nuestro tradicional bocata. El mío de salchichón y el de mi marido de chorizo, los dos con un pan recién salido del horno.
Fusibles
De regreso a casa he parado para fotografiar estos viejos fusibles que he visto en una vieja fábrica, ya abandonada.
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