Un pueblo que me sorprendió mucho fue Aldeanueva de Ebro, conocido en La Rioja por el pueblo de las tres mentiras: no es aldea, no es nueva, y por sus tierras no pasa el Ebro.
En esta céntrica, vieja y abandonada casa, tan solo habitan felinos que son cuidados y protegidos por alguno de sus vecinos.
Recorriendo los pueblos, he podido observar que en muchas de las viviendas abandonadas suele haber plásticos con restos de comida y recortes de botellas con agua, que alguien deposita para alimentar a los gatos callejeros, que hacen de estas viviendas su hogar.
También en Santa Lucía, un pueblo del valle de Ocón me encontré con esta preciosidad
Y justo cuando pasaba por delante de esta vivienda de Badarán, este otro sacaba su cabecita por debajo de la puerta
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