BOCATA Y UNA INTERESANTE HISTORIA QUE SUCEDÍO ENTRE NAVARRETE Y ENTRENA

Después de ponerme las pilas con este rico bocata de oreja rebozada, cervecita y un café con leche bien calentito, salimos a pasear por las inmediaciones  de Navarrete 

Y descubrí los restos de un viejo corral que debió de ser bastante grande e importante ya que en él se veían restos de piedra sillar

La mañana era fría y con algo de niebla

Al interesarme por él, y preguntar a la gente del pueblo de quién era, me enteré de un suceso que hace años sucedió entre un vecino del pueblo y otro de Entrena. 

Resulta que un 28 de noviembre de 1946, un cabrero de Entrena, conocido cómo Satanás acudió a una cuadra o un corral que "supuestamente" podría ser éste que está entre Navarrete y Entrena, donde le esperaba Jesús López López, carnicero. Este último le iba a comprar a Satanás unas reses. Tras su encuentro se pusieron a caminar, y entonces el pastor le asestó un golpe en la cabeza a Jesús, que cayó al suelo inconsciente, y fue entonces, cuando después de una desigual pelea, José, (así se llamaba Satanás) lo remató con una pedrada en la cabeza. Si lo hizo fue porque quería robarle las 5775 pesetas  que llevaba encima para pagar el ganado que pensaba comprarle.

No le sirvió de nada, ya que dos días después le apresaron y confesó todo. Si le apodaron Satanás fue porque ya desde muy joven siempre fue muy problemático. Cuentan que solía acercarse al convento de las monjas clarisas de Entrena gritando " yo soy Satanás" y lo hacía para asustarlas.Y que en 1937 se incorporó al ejército, donde cometió algunos delitos, y por ello estuvo en prisión durante seis años, hasta que el 12 de septiembre de 1946 salió, y poco después cometió este asesinato.

Tengo que decir, que nadie me ha podido confirmar si fue aquí donde sucedió, lo que si que es cierto es, que todos en Navarrete recuerdan este suceso. Hasta mis amigas, que todavía no habían nacido saben de ello. Y también es debido a qué, al igual que su vida fue muy problemática,, también su muerte lo fue. 

Fue condenado al garrote vil, y cuando ya estaba sentado, y el verdugo estaba dando vueltas al garrote, éste se rompió y tuvieron que buscar a un vecino de Logroño para que lo arreglase. Cuentan que al volverlo a llevar chillaba desesperadamente, y pedía que le tirasen un tiro, y que tuvieron que llevarle a rastras. Este suceso quedó muy marcado en la mente del joven Logroñés Rafael Azcona, cuyo verdugo le sirvió de inspiración para elaborar el guión de la famosa película El Verdugo.