Una de las costumbres que todavía hoy perduran es la de cascar frutos secos
En Mirafuentes, pueblo navarro, me encontré con un señor sentado en la puerta de su casa cascando nueces de su cosecha, y una vez peladas, las metía en un bote de cristal.
Días después me encontré con una vecina de Navarrete quitando las cáscaras de las almendras recién cogidas del árbol. Una vez limpias, las iba tirando a otro cubo, para más tarde cascar la almendra y sacar su fruto. Me dije, qué ricas almendras garrapiñadas y mazapanes saldrán de estas almendras.
Una buena costumbre. Recuerdo cuando era niño que también lo hacía con la familia.
ResponderEliminarNo hace mucho me pasé toda una tarde pelando almendras, lo peor de todo es que comía más que guardaba
EliminarSaludos