En la Rioja también hay serpientes, un día en concreto me encontré con una pequeña víbora, estaba tan cabreada, que hasta me dio miedo acercar la cámara para fotografiarla, ya que su picadura es muy peligrosa.
Esta piel de una serpiente me la encontré cuando íbamos a ver el pueblo deshabitado de Buzarra, menos mal que no me topé con su propietaria.
Las serpientes cambian su piel a medida que van creciendo, y uno de los motivos por el que lo hacen es para librarse de los parásitos externos, y también para reparar algunas heridas.
Son varias las veces que aquí en Navarrete he visto alguna de ellas ya muertas en las cunetas
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