No hace mucho volvimos a Huércanos, y después de almorzar un rico bocata en uno de sus bares, nos dispusimos a dar un paseo por sus céntricas calles, y tengo que decir que poco había cambiado desde la última vez que allí estuvimos.
Iglesia de San Pedro del siglo XVI
Iglesia parroquial de San Pedro del siglo XVI, con capillas cubiertas del siglo XVII; su portada barroca es del XVIII, ya que la anterior se derrumbó y fue construida sobre la primitiva iglesia del siglo X. Consta de una sola nave con capillas entre contrafuertes y cabecera ochavada de cinco paños. En el interior destaca la sillería del presbiterio, de estilo rococó y varios retablos de los siglos XVII y XVIII.
Ayuntamiento de Huércanos
Dicha casa de dos plantas de sillería de mediados del S. XVII, fue mandada a construir por el capitán de infantería Ignacio González Sáenz de Arellano
Conserva el escudo del capitán González está partido de castillo de tres torres entre lises y medio cortado de árbol enraizado y espada entre dos diamantes
Y cómo la gran mayoría de los pueblos riojanos, Huércanos también vive de la agricultura y principalmente del cultivo de la vid.
Palacio de los Marín de Huércanos
En la plaza de La Paz se encuentra esta casa-palacio, considerada como una de las más espectaculares de La Rioja. Fue construida por la familia Marín, aunque en el pueblo se le conoce como la casa de los García-Baquero, la familia que lo habitó los últimos 200 años.
En ella si que he visto qué se han hecho mejoras, tengo entendido que su último propietario José Córdoba Briones ha invertido en ella reedificando el tejado, y ha hecho cambiar el alero. Qué bien, por lo menos eso evitará que se deteriore. En muchos pueblos de La Rioja he visto que se están abandonado muchas casas-palacio.
En su fachada principal está el escudo de Carlos V, su vieja puerta con remaches está bajo un arco de medio punto con el intradós mixtilíneo y la jarra con azucenas y tres lises en la clave. También conserva las rejas de época de sus balcones.
A falta de armas propias, su antiguo propietario vistió su casa con la jarra de azucenas y tres flores de lis de Santa María la Real de Nájera, de la que Fernando Marín fue Abad entre 1560 y 1511 y con las armas del emperador Carlos V, al que sirvió como comisario del ejército de Lombardía y diplomático desde 1518 hasta su muerte en 1527 el palacio conservándolo hasta 1994.
Bonito callejón cubierto por una parra
Puerta de época con postigo, que ya fotografié en mi última visita a Huércanos
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