Sabía de la existencia de estas neveras, ya que he visto algunas de ellas en fotografías y en algún que otro documental, pero nunca antes me había topado con una de ellas y, casualmente la última vez que estuve Soto en Cameros, al pasar por una calle, vi una señal que la anunciaban, e inmediatamente hacia allí que me dirigí.
Me sorprendió mucho esta construcción, ya que me la imaginaba descubierta. No sé si sabréis que se hicieron para conservar el hielo, y que éste lo utilizaban para la conservación de los alimentos y el uso terapéuticos.
Normalmente para construir estas neveras se buscaban lugares altos, en donde la nieve se acumulaba de forma excepcional por efecto del viento y, una vez elegido el lugar, se comenzaba a picar el suelo, y hacían un gran hoyo. Una vez hecho se revestía con piedras de canto rodado que sujetaban las paredes y después se hacía esta cúpula para proteger el interior de la lluvia y así evitar que el agua derritiese el hielo.
La nieve acumulada en la nevera, se apelmazaba para aprovechar al máximo la capacidad de la misma, y esto era un duro trabajo para los vecinos del pueblo que vivían de su explotación. Una vez compactada adquirían el aspecto de hielo y se conservaba más tiempo. Se colocaban capas vegetales entre espesores de nieve compactada porque ayudaba a su conservación. Después la nieve era extraída por medio de cortes a modo de grandes cubos de hielo y transportados en caballerías durante la noche para evitar que el propio calor del día la derritiera. Algunas de estas neveras eran comunales, y otras eran arrendadas.
Sé que por la zona del Moncalvillo también hay algunas neveras, y el motivo por el que se hicieron allí, fue debido a que era la distancia en la que los burros, podían transportar el hielo de noche, hasta Logroño, donde se comercializaba.
Esto me ha hecho recordar, que cuando era yo pequeña, mis padres tenían una casita en el campo, en donde solíamos acudir en verano, y en donde no había ni agua potable ni electricidad, y mi padre cada cada día después del trabajo acudía a un almacén de hielo que había en mi pueblo y compraba un trozo para ponerlo en la nevera. Recuerdo que las piezas de hielo las cogían con un gancho, luego con golpes la partían y después de pesarla lo metían en una tela de saco, que mi padre siempre llevaba en el maletero del coche y, al llegar a casa, cortaba el hielo a trozos y los metía en la parte de arriba de la nevera para así mantener nuestros alimentos. También recuerdo que teníamos algo parecido a una jaula, toda ella cubierta por una fina tela metálica, que se utilizaba para proteger algunos alimentos de las moscas. Se le llamaba "carnera" y en ella se solían guardar los quesos, embutidos, salchichas.
Ermita del Campo
Justo a espaldas de la nevera se encuentran los restos de la ermita del Campo, en ella todas las tardes de los domingos de Cuaresmas, solían celebrar el Vía Crucis. Los vecinos del Soto salían en procesión desde la iglesia, y comenzaban el Vía Crucis al llegar a la carretera, ya que allí se encuentra la primera estación y, de estación en estación, cantando y rezando, iban paseando a los bebés que habían nacido durante el invierno. Y así iban hasta llegar a la ermita del Campo, en donde se cantaba el "Santo Dios"
Y para terminar con esta entrada de Soto os dejo este florecido balcón
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